Uno de los problemas de la inversión que tenemos los humanos es la adversión a las pérdidas. Los estudios Daniel Kahneman y Amos Tversky a finales de los años 70 indicaron que valoramos las pérdidas mucho más intensamente que las ganancias; es por ello que hoy hablaremos del riesgo y la volatilidad.
El problema es que la inversión en bolsa tiene volatilidad. Es decir, aunque se sabe que la bolsa con el tiempo sube, esta no es constante. Tiene subidas, caídas y algunas de estas caídas pueden ser bastante pronunciadas.
El mercado reacciona ante las malas noticias, hay pánicos y fiebres vendedoras. Pero mientras haya crecimiento económico la bolsa sube, las empresas (en su conjunto, no de forma individual) venden cada vez más y su valor sube.
Un inversor debe ser consciente de la existencia de la volatilidad, y si no está especulando, si está invirtiendo a largo plazo, debe ignorarla y mirar simplemente los resultados a 5-10 años, cuando las estadísticas dicen que las bolsas suben con casi total seguridad.
El riesgo
El riesgo es la posibilidad en las que las inversiones pierdan valor de una forma definitiva. Por ejemplo haber invertido en una empresa o sector en decadencia, o en empresas mal gestionadas.
Para evitar el riesgo hay que estar bien diversificado, tanto en muchas empresas como en distintos sectores como en distintas regiones. Así se logra evitar el riesgo. Hay que ser fríos ante las caídas, es por eso que no se recomienda estar invertidos 100% en renta variable.
La renta fija suele ser refugio ante las caídas de la bolsa, y aunque también suelen moverse en valor, su capacidad de generar rentas de forma periódica y tener un vencimiento para recuperar el capital hacen que sean más atractivas en tiempos complicados.
Ahora bien, aunque la volatilidad y el riesgo no son lo mismo, tener pánico ante un evento de volatilidad fuerte es en sí mismo un riesgo. Es decir, si estando invertido la bolsa cae y el inversor vende, esa volatilidad se ha convertido en pérdidas.
Por tanto el inversor debe distinguir muy bien entre lo que es un evento de volatilidad y lo que es una materialización de un riesgo (haber invertido en empresas sin calidad). De lo contrario la volatilidad puede convertirse en pérdidas definitivas.
Cuanto mayor sea la edad del inversor menor volatilidad se va a soportar, ya que cuando llega la jubilación llega el momento de ir des invirtiendo y no puede ser que la volatilidad reduzca el capital justo cuando se va a empezar a vender. Y por eso, según la edad del inversor va avanzando, hay que aumentar la renta fija frente a la renta variable. No porque sea más seguro, simplemente porque en dichas edades la volatilidad se convierte en un riesgo, ya que no se está mirando a largo plazo.
Con información de El blog Salmón