Los avances tecnológicos han permitido que el comercio electrónico aumente a gran escala. En la actualidad, con la emergencia de salud en la que el mundo se encuentra sumergido, estos han sufrido una fuerte aceleración, de la mano con otros múltiples procesos de transformación digital, incluyendo el e-commerce en Centroamérica.
A nivel mundial el comercio electrónico ha sido una de las tendencias más predominantes del ecosistema digital en la última década. En Centroamérica, aunque muchas empresas ya estaban empezando a dar sus primeros pasos en este sector, la emergencia sanitaria vino a exigirles acelerar el proceso para garantizar la continuidad de sus negocios.
Retos en materia de seguridad digital
Pero este proceso no ha estado libre de los retos que conlleva su acelerada adopción, entre las que se encuentra la falta de acceso a internet con la que vive cerca de la mitad de la población centroamericana, la ausencia de regulaciones en algunos países, la desconfianza que aún tienen muchos consumidores para realizar compras en línea, así como los riesgos relacionados con la ciberseguridad, por mencionar algunos.
«El e-commerce se ha disparado en la región por la restricción de movilidad lo que ha hecho que aumente la necesidad de compras en línea. Las empresas han tenido que crear plataformas rápidamente y, paralelamente, hemos visto que no cuentan con sistemas de seguridad, situación que aprovechan los ladrones», Joey Milgram, gerente general de Soluciones Seguras Costa Rica, en entrevista con la agencia Efe.
Entonces, a la vez que se han dado impresionantes avances en materia de la adopción de las compras en línea, con una taza reportada de hasta 300%, también se han incrementado las estafas, hackeos y robos.
«Según datos de una encuesta realizada por ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, durante el último mes, el 72% de los usuarios opinó que los negocios no estaban preparados para realizar la transición a plataformas digitales y el 83% opinó que el apuro por necesitar adaptarse a las ventas online vino acompañado por un mayor riesgo para la seguridad de los usuarios. Asimismo, el 76% de los encuestados considera que la filtración de datos personales de los clientes es el principal peligro que enfrentan los usuarios para realizar compras online» -Periódico Digital Centroamericano y del Caribe.
Esto da cuenta de altos niveles de desconfianza que podrían impedir sacar el máximo provecho de esta modalidad de hacer negocios. Las empresas aquí tienen un doble trabajo, en primera instancia es garantizar la seguridad de sus plataformas (tanto para sí mismas como para sus clientes) y educar a sus clientes para puedan estar alertas y prevenir convertirse en víctimas.
Comercio electrónico: una perspectiva a futuro
A pesar de los grandes retos, el comercio electrónico se perfila como una de las grandes tendencias a futuro para toda Latinoamérica, que no desaparecerá en el futuro cercano.
La coyuntura, con todos sus retos, obligó a 13 millones de consumidores en la región a comprar en línea. VISA publicó un análisis sobre los primeros tres meses del año, en el que daba cuenta que dos de cada 10 usuarios de sus tarjetas son nuevos compradores en línea. Es decir, que el 14% del total de cuentas activas de VISA (un mercado latinoamericano nada despreciable) está usando ya las plataformas de comercio electrónico.
En noviembre de 2020, la región Centroamericana cuenta con 11 millones de consumidores buscando en Internet, con la intención de realizar alguna compra, relacionada con el llamado Black Friday y el inicio de la temporada de compras navideñas, de acuerdo con la revista Mercados & Tendencias.
Allí se afirma que mientras las tiendas físicas verán una caída en visitantes, respecto al año pasado, los negocios que logren trasladar su oferta a plataformas digitales podrían aprovechar una importante oportunidad para asegurar su ventas.
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