Nuevas inversiones y pasos sólidos en la transición hacia energías limpias en Latinoamérica, apuntan a generación eléctrica cada vez menos dependiente de combustibles fósiles.
En los últimos años ha tomado fuerza la preocupación colectiva por el efecto que causa la industria energética al medio ambiente. Como era de esperarse, la industria ha buscado una salida favorable en la producción y abastecimiento de energía, ofreciendo un cambio en la producción, a través de mecanismos tecnológicos de descarbonización. La obtención de energía solar y eólica son opciones muy favorables para disminuir el daño hacia los recursos naturales no renovables.
Es por ello que, la producción de energía limpia ha ganado mucha popularidad en los últimos años. Las consecuencias que trae la producción de energía en el cambio climático ya no pueden ignorarse. Por esta razón, trabajar para disminuir los daños que se producen en el ambiente ahora es una prioridad.
No solo para las grandes industrias, también para los gobiernos y la población. Esto ha motivado en algunos países el inicio del proceso en la transición energética.
Futuras inversiones en Latinoamérica a corto plazo
Aunque todavía no se habla concretamente de una inversión en Latinoamérica, se dice que, junto a Asia y el norte de África, se consideran mercados clave. Los empresarios inversionistas y desarrolladores de energía renovable ven una oportunidad en las largas costas, el sol y vientos favorables.
Estas condiciones son óptimas para el desarrollo de la energía limpia. Es por ello que recae sobre los gobiernos y empresas de la región la presión para comenzar a tomar medidas más asertivas.
La buena noticia es que, ejecutivos de países como Argentina, Brasil y México están muy interesados en invertir en la producción de energía eólica marina en los próximos 5 años. Además de otros proyectos energéticos que ayudaran a la transición de la producción.
Según una encuesta realizada en la región, la implementación de proyectos de energía renovable será determinante para la transición energética. Igualmente, para satisfacer la demanda energética en las naciones de rápida industrialización.
Inversiones en energías limpia en tiempos de pandemia
Sabemos que el sector económico se ha afectado gravemente con la paralización del mercado laboral, por contagios de covid-19. A pesar de que no ha dejado de trabajarse completamente, este hecho afecta en gran medida los planes que venían desarrollándose en las industrias en crecimiento.
Debido al inicio de la pandemia y la gran reducción en los precios del petróleo, este es un periodo inestable para todos los mercados, especialmente para la energía.
En conclusión, a pesar de no tener planes de transición en puerta. En la industria se cree que en los próximos 5 años se generaran grandes cambios para América del Sur. Además, se espera que sea la región de crecimiento líder para la inversión mundial en energías renovables.
Centroamérica encaminada hacia las energía limpias
El istmo está trabajando para acercarse a una matriz energética más limpia, en los últimos cinco años se han adicionado proyectos en toda la región, que apuntan a un uso más eficiente de los recursos eólicos y solares.
De esta cuenta, se concretan ambiciosos proyectos como el Corredor de Energía Limpia, «una iniciativa regional facilitada por la Energía Renovable Internacional (IRENA), está diseñado para apoyar la penetración de una mayor participación de las energías renovables en los sistemas eléctricos nacionales y la red regional, y promover el comercio transfronterizo de energía renovable» (SICA, 2018).
La energía en Costa Rica proviene en más del 98% de fuentes renovables. En El Salvador su primer gran proyecto de plantas solares, Bósforo, inyectó a la red eléctrica 100 megavatios, además de evitar la emisión de más de 175 000 toneladas de CO2 al año, y ahora está por explorar con más fuerza su capacidad geotérmica.
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