Recientemente mucho se ha dicho sobre hacer home office, una de las preguntas más importantes ha sido: ¿el teletrabajo aumenta la productividad realmente?

A raíz de la pandemia del Covid-19, estos conceptos han cobrado mayor relevancia, pues cientos de empresas han implementado mecanismos en esta línea para continuar su trabajo de forma remota.

Pese a que son diversos los negocios que hacen uso de esta modalidad de teletrabajo para dar continuidad a sus funciones de manera distinta, existen dudas considerables acerca de la productividad y el teletrabajo. Muchos gerentes y líderes empresariales aún dudan de la relación que hay entre productividad y hacer home office.

Pues cientos de estudios, entre ellos una investigación realizada por la Universidad de Harvard, han demostrado que el teletrabajo es una herramienta valiosa para el incremento de la productividad. No solo por aportar mayor libertad y comodidad a los empleados, sino que les permite mantenerse en una zona de confort que le ayuda a desarrollar mejor sus ideas.

 

Teletrabajo y productividad: ¿Son compatibles?

La realidad es que el teletrabajo es un aliado perfecto para los empresarios que desean incrementar la productividad de sus empleados. No solo como una tendencia por la coyuntura actual, sino como un elemento permanente dentro de la organización.

Diferentes mitos y realidades hacen que el teletrabajo esté aún lleno de incógnitas para muchas personas. Entre ellos:

El teletrabajo representa ahorro

Una de las verdades más características del teletrabajo es que representa un ahorro de dinero y tiempo para la empresa. Sumando mayor versatilidad en los procesos de gestión.

Si bien cada empresa manejará este tema de acuerdo a sus necesidades y funcionabilidad, la metodología de teletrabajo ayuda a que pueda invertirse menos en aspectos que conllevan mantener a los empleados trasladándose a la empresa diariamente.

 

El teletrabajo es para todas las empresas por igual

No es así. De acuerdo a cada compañía, el manejo y la gestión del teletrabajo es variado. Por ejemplo, una empresa puede elegir si trabajar únicamente bajo esta modalidad, o convertirse en un negocio mixto. Es decir, funciona físicamente y a través del teletrabajo, en la que haya personal con tareas online y offline.

Todo ello dependerá de los objetivos, recursos y alcance de la empresa.

 

Lo más importante es elegir la aplicación a usar

Si bien las aplicaciones para llevar a cabo el teletrabajo son elementales, no es lo más importante que debe considerarse dentro de esta modalidad. La organización, la metodología de trabajo, la gestión del personal y las funciones de cada uno son los primeros criterios que deben ser definidos en las empresas que comenzarán a trabajar bajo este sistema.

Una adecuada metodología de gestión definirá el rumbo del trabajado y de los trabajadores.

De acuerdo a todo el contexto, es posible señalar que la compatibilidad de la productividad y el teletrabajo existe. Al brindar a los trabajadores libertad y comodidad, es posible encontrar en ellos un mayor compromiso y dedicación a los diferentes aspectos que se manejan dentro de la empresa.

 

¿El teletrabajo aumenta la productividad? verdades y mitos

El detalle final: el teletrabajo durante la pandemia no será igual de productivo

Lo expuesto más arriba funciona en modelos de teletrabajo bajo circunstancias regulares. Sin embargo, es de tomar en cuenta que mucho de la adopción del trabajo remoto durante la pandemia llegó sin planificación, sin haber establecido procesos adecuados. De hecho, habrá empleados que ni siquiera cuenten con el equipo y conexión a Internet adecuado para continuar ejecutando sus labores.

Al mismo tiempo, las personas no están en casa en circunstancias normales, muchos estarán bajo mayor estrés, algunos haciendo malabares entre el cuidado de los hijos, el home school, las tareas del hogar y el trabajo propio.

En algunos casos, esta expectativa de aumento en la productividad puede tener un impacto negativo en los horarios de los empleados, que al no tener que conmutar hacia y desde la oficina, rompen rutinas y extienden sus jornadas laborales.

De esta forma aumentan la productividad de forma artificial, incrementando las horas de trabajo y disminuyendo el descanso, lo que a la larga puede tener mayores impactos negativos que positivos, con el bien conocido burnout.

Allí los trabajadores deben aprender a establecer límites y los jefes a comprender que durante esta crisis mundial es probable que la productividad no aumente y, en algunos casos, incluso disminuya ligeramente.

 

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