El mundo atraviesa por una de las peores crisis que se registran. La pandemia ha afectado diferentes escenarios: políticos, sociales, económicos, culturales y desde luego, educativos. De hecho, la transformación en el contexto educativo puede convertirse en una de las más notables a raíz de este fenómeno.

Algunos periodos del año escolar se han llevado a cabo de forma irregular dada esta situación y los estudiantes han atravesado por un gran desafío para retomar las actividades educativas. Sin embargo, también es innegable que el reto ha sido conjunto para padres, estudiantes y maestros con el fin de llevar a buen termino el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Alrededor del mundo se están tomando las medidas necesarias para la prevención y evitar la propagación de este virus en las instituciones educativas. Esto ha llevado a tomar estrategias remotas para el desarrollo de las actividades educativas, tomando en consideración elementos como las clases online para la nueva normalidad.

Centroamérica, no ha sido un escenario ajeno a toda esta situación, ningún país ha escapado de esta terrible realidad por el covid-19. Excepto Nicaragua que ha decidido mantener clases presenciales a pesar de la pandemia.

Mientras tanto en, Honduras, Guatemala, Panamá, El Salvador y Costa Rica los profesores han tenido que adaptar la docencia para poder ayudar a los más necesitados.

 

¿Será posible para todos estudiar desde casa?

La propagación del covid-19 ha llevado a abandonar escuelas y estudiar desde casa, ha sido la solución para muchos, pero el problema para otros. Por ejemplo, en países como Guatemala es sumamente difícil cubrir las zonas rurales debido que la tecnología no llega a todas partes.

Por esta razón, una gran parte de la región centroamericana ha tratado de aprovechar todos los medios como la radio y la televisión. Esto, para tratar de llegar a los alumnos más vulnerables que no tienen acceso a los procesos educativos.

 

El futuro de la educación tras el covid-19

Las interrogantes e incertidumbre por el futuro de muchos ámbitos después de pasar el coronavirus, persisten. La pregunta que más se hace el mundo es saber si se retomará actividades o habrá qué crear una nueva normalidad todos los aspectos y, sobre todo, en la educación.

Todo parece indicar que sí habrá un cambio y es porque a causa del coronavirus, se atraviesa por el desafío
 más importante para la educación en todo el mundo desde la Segunda Guerra Mundial.

Con todo, se aspira volver a la modalidad presencial, pero, por esta crisis, este deseo puede estar muy lejos de cumplirse. Es contradictorio, ya que la economía de Centroamérica no permitirá que todos puedan conectarse a clases virtuales a través de un ordenador personal.

La posible vuelta a clases está establecida, aunque sin prisa, teniendo en cuenta la seguridad de los profesores y estudiantes.

Pero aún si se dicta el regreso a las aulas, se estima que serán muchos los estudiantes que no regresen. En buena medida ello será reflejo de la crisis económica más que en el temor por el contagio, por lo que se aproxima un incremento en las tasas de deserción escolar.

«Interesa más el tema de proveer a la familia que seguir en los estudios» declaró Karin Avendaño, subdirectora de las escuelas Fe y Alegría en Guatemala.

Aun si hoy se adoptaran medidas para facilitar la educación formal mediante herramientas digitales, lo cierto es que para los grupos más vulnerables esto no sería prioridad. El escenario de momento es desalentador.

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