La integración productiva en la región centroamericana empezó con mayor tenacidad a partir de la década de los 90. Cuando todos los países centroamericanos trabajaron de manera estratégica para transitar hacia la democratización, evolucionar hacia un marco agresivo de apertura comercial y reestructurar el andamiaje institucional de la integración y el desarrollo de la economía en Centroamérica.
Recordemos que Centroamérica es la conexión sólida entre las regiones de Norteamérica y Suramérica, que corresponde a un mercado cerca de aproximadamente 50,9 millones de habitantes localizados en una extensión territorial con importantes atractivos distribuidos en cerca de 500 000 km².
La localización fortalece la constante actividad comercial
Por su cercanía, la ubicación fortalece el comercio con socios estratégicos de los países vecinos como México y Colombia, al igual que los países del Caribe y Estados Unidos.
No obstante la unión de estos países, la región ha enfrentado desafíos económicos constantemente que ha ayudado a fortalecer homogéneamente el desarrollo de la economía en Centroamérica.
La revista Forbes Centroamérica público que la economía de la región crecerá un 2.7% durante, pero esto fue antes de la pandemia de covid-19, que ha venido a impactar profundamente a nivel global a todo el mundo. Hay que recordar que cierta parte de la estabilidad económica de estos pequeños países está fuertemente ligada a todo lo que pase en Estados Unidos. Principalmente en el crecimiento de remesas.
Pequeñas economías, grandes desafíos
Algunos de los desafíos cruciales que enfrenta la economía para el desarrollo centroamericano, puede ampliarse de la siguiente manera:
- Es fundamental consolidar la democracia. Varios aspectos esenciales como la participación popular, el perfeccionamiento del estado de derecho, el respeto de los derechos de propiedad y una mejor transparencia tanto en la recaudación de ingresos como en las decisiones de gasto del sector público.
- Aún falta mucho por hacer en materia de desarrollo humano, lo que implica gastar más y mejor en educación, salud y vivienda. La crisis sanitaria actual, consecuencia del coronavirus, ha desnudado sistemas de salud desabastecidos y poco eficientes, sistemas de educación incapaz de dar continuidad a la base de estas circunstancias, por mencionar tan solo dos de los muchísimos retos existentes.
- Los esfuerzos que han hecho los países centroamericanos para abrirse a la economía mundial deben intensificarse, para asegurar la creación de eslabonamientos entre los sectores exportadores y hacia el resto de las economías.
- El Estado debe redefinir su papel en el desarrollo.
- Los sectores financieros son problemáticos en toda la región y no cumplen eficientemente con sus funciones clásicas.
- Las economías centroamericanas son muy sensibles a las perturbaciones externas (así como a los desastres naturales y a las crisis sanitarias mundiales, tal es el caso del covid-19).
De esta manera como el ambiente de operaciones en la región centroamericana se convierte en un obstáculo para aprovechar en su totalidad las ventajas otorgadas de manera natural en el plano geopolítico.
Es por esto que el aumento en inversión de infraestructura del servicio, la logística regional, la aplicación de medidas integrales para el comercio y la disminución de los trámites y costos para la apertura de empresas, son algunos de los desafíos actuales más relevantes para la región.
Con información de: Forbes Centroamérica