Seguramente has oído hablar de este tema con frecuencia, y no es para menos, los encargados de recursos humanos no nos dejarán mentir al decir que el ambiente laboral influye de manera directa en el desempeño de la empresa. No puedes dejar pasar este tema, por ello hoy te compartimos buenas prácticas para poner manos a la obra.

Seamos sinceros, la diferencia entre una empresa con buen clima laboral Vs. una empresa que tiene todo lo contrario es abismal. Las consecuencias directas en el negocio son evidentes, comenzando con algo que seguramente te interesa mucho, la rentabilidad. ¿Aún quieres colaboradores molestos?.

Cuando tu trabajo no te motiva, acudir cada día a la oficina se convierte en un esfuerzo agotador.

El ambiente laboral como algo intangible

Cuando hablamos de clima laboral, nos referimos a algo que no se puede tocar, pero que  funciona como causa y efecto todos los días. Nos referimos a un conjunto de condiciones y percepciones sobre nuestro entorno de trabajo que influyen a la hora de desarrollar las tareas. Como ejemplo de ello podemos hablar de las relaciones con los compañeros, con los superiores, las dinámicas de trabajo, la manera de hablar y, por increíble que parezca, incluso la decoración de la oficina puede influir en una impresión buena o mala del clima laboral.

Lograr un buen ambiente laboral no es un golpe de suerte. Requiere establecer decisiones estratégicas que fomenten la motivación y se enfoquen a la mejora de resultados que estén alineadas a los objetivos del negocio.

Entonces, ¿cómo identificarlo?, y sobre todo, ¿cómo solucionarlo?

Comienza por estudiar el tipo de comunicación que hay en tu organización, no saber comunicar las ideas adecuadamente genera una pérdida de tiempo y esfuerzos; la confusión genera inquietud y malestar en cualquier grupo.

Si sabes llevar a cabo una buena comunicación, los colaboradores no se resistirán a consultar dudas y aportar a la empresa. La comunicación asertiva genera mecanismos eficientes para que la información se transmita a todos de manera correcta, de lo contrario tu proceso estará condenado al fracaso.

En un buen ambiente laboral, más que un don, saber resolver conflictos es prioridad. El nivel de madurez de un equipo se demuestra en cómo aborda sus discrepancias, no hay que tener miedo a contrastar opiniones y afrontar los desacuerdos, sobre todo porque, de no hacerlo, con el paso del tiempo generará más tensión con el equipo.

Consentir a los colaboradores rendirá frutos. No todo es a nivel económico, maneja condiciones atractivas (horario flexible, dinámicas, day off, entre otros). Cuidar su espacio de trabajo es fundamental; una silla rota, una computadora en malas condiciones e incluso un baño sucio, puede afectar su rendimiento laboral.

Tener presente y fomentar los valores de un buen ambiente laboral no pueden pasar desapercibidos. El respeto, igualdad, la meritocracia entre otros, serán los mejores aliados.

Deja de ver números, hablamos de personas que, como tú, se esfuerzan por dar lo mejor de sí. Implícalos, no hay nada más gratificante que sentirse integrado. Escúchalos, promueve el feedback con ellos, pero sobre todo, conócelos, descubre cuáles son los perfiles con alto rendimiento, con alto talento potencial y cuídalos, ellos son los que toda organización debería tener identificados y que tú tienes en este momento, no lo desaproveches.

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