En medio de la pandemia mundial la fuerza laboral ha tenido que cambiar o adaptar la forma en que trabaja, con impactos en aspectos clave como el clima laboral.
Muchas empresas han optado por implementar el trabajo a distancia, quienes han tenido que enfrentarse a trabajar en espacios compartidos con niños que están siendo educados desde casa, las labores domésticas incrementadas y otras personas ejecutando teletrabajo también.
En otras empresas, los colaboradores han regresado a las oficinas físicas con múltiples medidas de prevención de contagios, que van desde el distanciamiento social, el uso de mascarillas y hasta horarios escalonados, para que el contacto entre trabajadores se minimice lo más posible.
En muchos casos, incluso, se ha reducido drásticamente el personal, con despidos desencadenados por la crisis económica derivada de la pandemia.
Todos estos cambios generan impactos en los individuos, con niveles incrementados de ansiedad, desmotivación, dificultades de comunicación que derivan en conflictos y hasta bajo rendimiento laboral.
Todo ello influye en el clima laboral, agregando tensión. Al respecto, Paola Veloso explica:
«Si bien se puede pensar que el clima laboral no está presente en estos momentos, por encontrarse distanciados, justamente ahora es cuando se hace más necesario que las empresas estén atentas a las nuevas necesidades de sus trabajadores. No se trata solo de establecer parámetros con deberes y obligaciones, sino que también es fundamental velar por el estado emocional de los colaboradores«.
El clima laboral tiene una fuerte incidencia en el porvenir de las empresas, en materia de atracción y retención de talento, así como en los resultados económicos que esta obtenga.
Un mal clima laboral destruye el ambiente de trabajo. Para lograr consolidar un buen clima laboral en tiempos de crisis como la actual, en el que todos puedan explotar su potencial y desarrollarse tanto personal como profesionalmente, es necesario poner en práctica acciones concretas, que permitan optimizar todas las condiciones de trabajo ofrecidas para cada una de las personas que hacen vida en una empresa.
Promover la conexión entre colaboradores
El trabajo en equipo es una de las habilidades básicas que se requiere para tener éxito en cualquier organización. Pero lograrlo puede transformarse en un verdadero reto si los colaboradores no están físicamente conectados.
La conexión entre colaboradores no significa solo mejorar el trabajo en equipo. También significa involucrar a toda la fuerza laboral en las conversaciones diarias de la empresa. Dicha comunicación no debería ser unidireccional, deben impulsarse conversaciones bidireccionales en las que los empleados se sientan libres de hablar y compartir sus pensamientos sobre temas importantes.
Autonomía
Cuando se le permite al empleado tener autonomía tanto en aspectos de la actividad profesional y toma de decisiones, como en otros factores como la flexibilidad de horarios, lo que se está haciendo es darle un voto de confianza, que puede alimentar la creatividad, incrementar la productividad y hacerle sentir que su trabajo es significativo.
Sin embargo, una de las razones por las que muchos empleadores se resisten, es por el temor que el trabajador tome malas decisiones o falle en sus tareas. Aquí, entonces, entran otros dos aspectos que deben considerarse: cuidar la selección del personal previo a su contratación, para garantizar que se contrata a personas disciplinadas, y establecer indicadores de rendimiento claros y sujetos a evaluaciones periódicas que sirvan como contrapesos.
Establecer estrategias de comunicación interna durante una crisis
Durante una crisis es común que las organizaciones concentren sus esfuerzos de comunicación hacia afuera, es decir, con clientes, socios y aliados.
Si bien la comunicación externa es importante, lo cierto es que los empleados también son parte interesada cuando una crisis llega.
Si los empleados no tienen una comprensión clara de la situación, de la dirección y acciones que la empresa tomará para navegar la crisis, esto puede conllevar frustración y miedo, lo que genera un clima laboral negativo.
Comunicarse de forma clara y oportuna con los colaboradores, es indispensable.
Liderazgo
La capacidad de los lideres para relacionarse con sus trabajadores siempre constituye un punto de diferencia. Un líder que es flexible ante las diferentes situaciones laborales que se puedan presentar y que por sobre todas las cosas ofrece un trato cordial a la medida de cada trabajador, genera indudablemente un clima de trabajo positivo que va en concordancia con la misión de cada empresa, cosa que permite fomentar el éxito.
Reconocimiento
El reconocer el trabajo bien realizado siempre va a ser motivación para todos los trabajadores. Conocer la capacidades, habilidades y competencias que posee cada trabajador y reconocer su desempeño contribuye de forma positiva en el ambiente laboral.
Si, por el contrario, no se valora el esfuerzo que cada trabajador realiza, se da cabida a la apatía y, por el ende, el ambiente laboral se torna difícil y negativo, perjudicando la productividad.
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