¿Conoces sobre soft skills para pymes? La habilidad y capacidad de generar y mantener relaciones sociales armónicas y productivas resume buena parte de lo que engloba este concepto.
Al respecto, la literatura en español traduce la expresión y las denomina “habilidades blandas” en contraposición a las “habilidades duras”, que se adquieren a través del conocimiento especializado de una carrera técnica o profesional.
A las habilidades blandas específicamente se les identifica como: capacidad de trabajo en equipo, de comunicación, de resolución de problemas, inteligencia emocional, gestión del tiempo, creatividad, adaptabilidad, pensamiento crítico, flexibilidad. Hay autores que van más allá e incluyen expresiones como: sentido común, lógica e incluso resiliencia.
Beneficios del desarrollo de soft skills para pymes
Para todo ambiente resulta determinante fomentarlas y apoyar su impulso, porque conlleva un invaluable aporte, contribuyendo favorablemente al desarrollo personal y de grupos humanos, independientemente de su naturaleza.
Más, tenemos que estar conscientes que toda persona posee características psicológicas propias que determinan su comportamiento y manera de actuar y que le diferencian de otras personas, su personalidad.
Lo que indica que habrá personas abiertamente decididas a socializar, son extrovertidas, alegres, dispuestas a establecer intercambios de argumentos, opiniones y llegar a acuerdos, cediendo quizás en buena parte de sus posiciones.
Pero no todos actuamos así. Encontraremos personas poco comunicativas, otras muy tímidas con dificultad para adaptarse a determinados ambientes, o también otras con tendencias a experimentar emociones negativas como ira, culpabilidad, vergüenza, entre muchas.
¿Por qué desarrollar soft skils? ¿Cómo hacerlo?
Ante este panorama apenas enunciado, proponerse el desarrollo de estas habilidades para PYMES, un sector importante, que representa más del 90% del parque empresarial centroamericano, así como una importante fuente de empleos con el consabido impacto en la economía, es una tarea que debe intentarse por su invaluable aporte.
Pero es mucho lo que hay que considerar para fundamentar debidamente un programa de formación y desarrollo de este tipo.
Desarrollar una mentalidad abierta al cambio y aprendizaje:
Las habilidades blandas requieren un cambio de mentalidad, por lo que antes de lanzarse a un programa educativo como tal, debe haber un espacio para tomar conciencia de la importancia y, muy importante, que pueden ser aprendidas por todos.
Nada detiene tanto como la sensación que algo es demasiado difícil o poco compatible con la propia personalidad.
Por ello, al promover una autoevaluación para identificar qué clase de soft skils son las que se requieren en la organización (por pequeña que esta sea), y visibilizar los puntos de mejora colectivos, se allana el camino para la transformación.
Expandir el conocimiento
Un taller, seminario o capacitación corta es el primer paso. Es además el espacio ideal para esa autoevaluación que mencionamos en el punto anterior. Además, no tiene que ser un proceso caro y difícil, ahora hay multitud de opciones online asequibles para lograrlo.
Un segundo paso puede ser la instauración de un programa de capacitación continua, que permita ir desarrollando, evaluando y construyendo sobre los conocimientos básicos.
Proveer oportunidades para la práctica
Esos nuevos proyectos que pueden poner a las pymes en pos del éxito, requerirán de trabajo en equipo, pero si el equipo no tiene oportunidad de practicar la colaboración, de poco servirá.
Eventos al aire libre, convivios y retiros funcionan, aunque son ideales, pueden no ser siempre asequibles para las pymes. Pero actividades optativas, que permitan a los colaboradores unirse en equipos para resolver problemas básicos (puede ser tan sencillo como organizar las celebraciones de cumpleaños o un programa de reciclaje para la empresa) son excelentes espacios para practicar sin que requiera mayores riesgos o inversión.
El desarrollo de soft skills para pymes no es una carrera de velocidad, de hecho es un proceso de largo plazo, que requiere compromiso pero ofrece resultados tangibles en materia de clima laboral, eficiencia y efectividad en los negocios.
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