Una historia de referencia
Hace 20 años aproximadamente, Alejandra trabajaba para una organización ocupando un puesto administrativo. Mientras ocupaba ese puesto de trabajo Alejandra quedó embarazada. El embarazo no duró los 9 meses sino que Alejandra tuvo a su bebé de manera prematura alrededor de los 7 meses de gestación. La recomendación de los médicos fue de brindar atención en la alimentación natural es decir por lactancia materna para su bebé y que esto permitirá mantenerlo saludable. Sabiendo que su ritmo de vida sería diferente y buscando mantener un equilibrio que le permitiera cuidar de su hijo y al mismo tiempo seguir en su desarrollo profesional se le ocurrió una idea y realizó la propuesta a su jefe inmediato. La propuesta consistió en poder compartir el tiempo de trabajo tomando medio día para hacerlo en las instalaciones de la empresa y el resto del día desde casa. La propuesta no fue bien recibida. Alejandra tuvo que renunciar.
¿Trabajar desde casa?
No pierda de vista que se hizo la observación que esto sucedió hace 20 años, un momento en el que la mentalidad aún estaba enfocada en la división inherente entre casa y oficina. Un período donde seguramente la idea predominante estaba centrada en el hecho que las instalaciones de trabajo eran el lugar propicio para rendir de mejor manera y, aunque ya estaba vigente una herramienta como el internet, no se consideraba como una herramienta de solución.
Esa rigidez existente se ha convertido en los últimos en una flexibilidad e incluso alternativa condicionante en los puestos de trabajo. Aspectos como el tráfico, costos de movilización, fluidez de informacion, etc. Han permitido hacer del llamado “Home Office” una práctica que poco a poco está cobrando mayor regularidad. En países como México este modelo ya fue considerado dentro la ley federal de trabajo como una prestación laboral.
Guatemala y el desarrollo del trabajo desde casa
¿Qué pasa en Guatemala en relación a esto? Aún no se sabe de cifras concretas en cuanto a la cantida de empresas que lo realizan y el criterio bajo el cual es llevado a cabo. Sin embargo cada vez es más frecuente que reuniones de negocios se hagan en “puntos intermedios” a conveniencia de ambas partes y que poco a poco estén proliferando más las video conferencias para evitar la movilización de ambas partes.
En algunos casos es cuestionada esta práctica por generar problemas de conentración en la persona que esté laborando desde casa al tener la “tentación” de ocuparse de aspectos domésticos en lugar de laborales. Así mismo se debe desarrollar una cultura de enfoque hacia el trabajo, lo cual no siempre es sencillo. A pesar de eso, es una realidad que ya existen personas que lo está practicando y experimentando los efectos positivos que esto puede provocar y buscando vencer los desafíos que la modalidad presenta.
Como parte del progreso y desarrollo de una nación, y Guatemala no es la excepción, se requiere la adaptabilidad a las nuevas tendencias y, no se duda que prácticas como el “Home Office” se vean incrementadas en un futuro no lejano.