Se han dado los primeros pasos hacia la recuperación económica en Honduras, uno de los países centroamericanos más afectados a causa de la pandemia.
En la actualidad suma más de 90 000 casos confirmados, lo que ha incidido notablemente en una crisis no solo sanitaria, sino también económica y social.
Sin embargo, tras meses de esfuerzos gubernamentales y responsabilidad de la sociedad en cuanto al cumplimiento de las medidas preventivas para evitar la propagación del covid-19, ha iniciado desde el mes de julio, su camino progresivo a la nueva normalidad.
A través de la implementación del plan para la recuperación económica, Honduras inició hace poco más de tres meses el proceso progresivo de reactivación del sector comercial. Esto, bajo estrictas medidas de vigilancias y sanitarias que permitieran mantener el control, mientras daban sus primeros pasos hacia el restablecimiento empresarial en el país.
Avance de fases progresivo
Luego de mantenerse en las fases cero y uno del plan, el pasado mes de septiembre Honduras avanzó finalmente a la fase dos. Al igual que en otros países del mundo, esta región centroamericana ha llevado su reactivación económica de forma lenta, considerando las necesidades económicas y la urgencia de comerciantes y empresarios de poner en marcha sus actividades para dar un mayor fortalecimiento a la economía.
Todo ello, sin dejar de lado las normativas pertinentes para continuar promoviendo el cuidado y la prevención del covid-19. Por esta razón, la fase 2 del plan de recuperación económica se ha centrado en permitir al sector comercial trabajar de acuerdo a su ubicación con una capacidad de entre el 40% y el 80%, siguiendo el orden establecido desde el comienzo.
Por ejemplo, La Lima, La Ceiba, Siguatepeque, Puerto Cortes, Nueva Arcadia, San Pedro Sula, Choloma, Pimienta, Potrerillos, San Manuel, Villa Nueva, Distrito Central y El Progreso, que conforman la región 3, son los municipios de Honduras que tendrán la posibilidad de trabajar al 40% de su capacidad comercial.
En el caso de la región 2, las localidades de Esparta, Tela, San Francisco, Trujillo, Santa Fe, Sonaguera, Tocoa, Comayagua, Taulabé, Santa Rosa de Copán, Copán Ruinas, Omoa y San Francisco de Yojoa, tendrán un 60% de apertura y reincorporación de la fuerza laboral.
Mientras que el resto de los municipios del país podrán operar a un 80% de su capacidad.
Dentro de esta nueva fase quedaron excluidas la apertura de bares, gimnasios, discotecas y restaurantes. También instituciones educativas en diversos niveles y comedores no autorizados.
Estos permanecen cerrados de acuerdo al toque de queda instaurado en el país el pasado 15 de marzo, cuando fue anunciada la alerta roja a raíz de la propagación notable del virus.
Si bien el proceso de reactivación y apertura económica en Honduras es lento, estos avances permiten a los comerciantes y empresarios mantener la esperanza de un panorama más alentador en los próximos meses.
Sin embargo, las medidas y consideraciones por parte del Gobierno continuarán variando, en función del contexto en el que se vaya reportando el funcionamiento de cada una de estas medidas.
La verdadera reactivación esperará hasta 2021
Armando Urtecho, director ejecutivo del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), ha declarado que en realidad la reactivación económica como tal se dará hasta 2021, que actualmente el país lo que está viviendo es una mera apertura de negocios.
Según el Banco Mundial, se espera que la economía de Honduras crezca un 4.9% en 2021, una vez se reactive la actividad comercial y económica internamente, al mismo tiempo que se de la recuperación de la inversión y la demanda externa.
«Continuar el enfoque para impulsar la competitividad en el desarrollo económico rural, invertir en capital humano y fortalecer la protección social en Honduras también puede mejorar los resultados sociales y apoyar la recuperación al fomentar más oportunidades laborales y económicas entre los más vulnerables del país» -Banco Mundial.
Al mismo tiempo, el organismo internacional también es cauto y expresa que, de darse una recesión mundial más profunda a consecuencia de la pandemia, esto debilitaría la recuperación económica.