La micromovilidad eléctrica es una forma de transporte que se refiere a la utilización de vehículos eléctricos pequeños y maniobrables para recorridos cortos. Estos vehículos suelen tener un alcance limitado y una velocidad máxima de 25 km/h.
Hoy en día y cada vez más, estas opciones serán la tendencia. Algunos ejemplos de vehículos de micromovilidad eléctrica incluyen scooters eléctricos, bicicletas eléctricas, o patinetes eléctricos.
¿Por qué la micromovilidad eléctrica?
Una de las principales ventajas de la micromovilidad eléctrica es que reduce la dependencia del combustible fósil y, por lo tanto, ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, al ser vehículos pequeños y maniobrables, son ideales para recorridos urbanos y pueden ayudar a reducir el tráfico y la contaminación del aire.
Existen diferentes alternativas de esta clase que se pueden utilizar para diferentes tipos de recorridos y necesidades. A continuación se describen algunas de las opciones más comunes:
Scooters eléctricos: son una opción popular para recorridos cortos y maniobrabilidad en la ciudad.
Bicicletas eléctricas: son ideales para recorridos más largos y para personas que prefieren una forma de transporte más activa.
Patinetes eléctricos: son similares a los scooters eléctricos, pero se usan con un pie, se pueden plegar para llevarlos a cualquier lado, y son ideales para distancias más cortas o para recorridos de última milla.
Monociclos eléctricos: son una opción única, con una rueda y un diseño compacto, ideal para quienes buscan un desafío y una experiencia más diferente.
La micromovilidad eléctrica es una forma de transporte sostenible y versátil que ofrece una serie de alternativas para diferentes necesidades de desplazamiento. Ya sea en un scooter, bicicleta, patinete o monociclo eléctrico, esta es una manera de moverse por la ciudad de manera eficiente, sostenible y divertida.
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