Más de 350 inversionistas, empresarios y otros participantes de 34 países se han dado cita en el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto para América Central y el Caribe y han concluido en que la inversión de impacto ha rendido frutos en la región.

La educación y el coraje son clave para fortalecer el ecosistema regional. La inversión de impacto en Centroamérica tiene potencial para avanzar a medida que los empresarios locales obtienen más apoyo y mayor visibilidad, los inversores detectan el creciente conjunto de oportunidades y las estructuras financieras permiten un mayor flujo de capital a las empresas en etapa inicial.

Para el pequeño grupo de inversores de impacto en Centroamérica, la realización de este foro les permite aprender, compartir y prepararse para cerrar algunos acuerdos.

El registro de inversiones de gran calibre se tiene desde 2014 y 2015, cuando se inyectaron $ 1.3 mil millones de pesos en América Latina y de ellos, $ 400 millones se concentraron en Centroamérica, principalmente en instituciones de microfinanzas y agricultura. Una inmersión más profunda en nueve inversionistas y sus 27 inversiones en la región muestra que la mayoría de las inversiones no microfinancieras fueron menores a $ 250,000.

Los datos sugieren que la mayoría de las inversiones en la región necesitarán infusiones de capital en etapa temprana de mayor riesgo y creación de capacidad para crecer lo suficiente como para estar listos para los fondos de inversión de impacto comercial.

Cambios en los inversores

La mayoría de los inversores de impacto en América Latina se centran en los grandes mercados de Colombia, México y Brasil, con América Central y el Caribe como una prioridad baja. Pero eso está empezando a cambiar.

Antes se consideraba que era difícil generar un flujo de negocios suficiente en la región, pero ahora se ven más oportunidades. Se está adoptando un enfoque de colaboración, dando la bienvenida a los inversores de fuera de la región para que lleguen a acuerdos previamente investigados.

Ahora es el momento de una mayor afluencia de capital filantrópico para la construcción del sector. Las ONG, fundaciones y agencias donantes pueden ayudar a cerrar la llamada brecha pionera.

El financiamiento para empresas en etapa inicial que otros proveedores de capital podrían considerar demasiado arriesgado o pequeño, crea oportunidades en etapas posteriores para los inversores comerciales de la región.

Como en otras economías en desarrollo, los bancos comerciales no suelen prestar servicios a las pequeñas, micro y medianas empresas (MIPYMES). Las asociaciones de múltiples partes interesadas entre bancos de desarrollo, creadores de capacidad y donantes están ayudando a abordar este desafío con programas innovadores y estructuras financieras.

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