Todos quisiéramos subir los precios y tener mejores ganancias, pero ¿cuál es el momento correcto?.
Cobrar lo justo por el trabajo que hacemos es todo un arte. A la mayoría de las personas que van comenzando les cuesta poner un número a su trabajo, y sufren aún más cuando tienen que pronunciar esa cifra en voz alta.
Las empresas deben evitar esconder el aumento de precios y centrarse en reducir su impacto sobre el cliente, ofreciéndole distintas versiones del producto a diferentes precios.
No es un tema sencillo, a todos nos despierta inseguridad pensar esto de un día para otro. Al aumentar los precios en épocas de crisis (tomando como base la pandemia) se corre el riesgo de provocar una reacción poco aceptada por parte de nuestros clientes. Pero el costo de traslado de productos a otros sitios ha subido bastante. Además, muchas de las estrategias destinadas a recortar los gastos generales, como el outsourcing, son menos rentables en términos económicos y tienen menos popularidad en términos de administración de personal.
Pensar en subir los precios y mantener satisfechos a los clientes es equilibrio difícil de mantener, pero no difícil de conseguir. Las organizaciones deberían evitar reducir el número de ofertas y disfrazar los incrementos de precios, ya que normalmente estas estrategias pueden perjudicarnos.
Para subir los precios toma en cuenta estos puntos:
No bajes la calidad: debes mantener un equilibro entre calidad y precio. Uno de muchos errores es introducir productos más baratos y de peor calidad para satisfacer a los clientes con presupuestos más ajustados.
Otra medida que suele no funcionar es ofrecer menos cantidad de producto en un formato aparentemente similar, manteniendo el precio anterior, esto no funciona porque el precio de un producto influye en el empaquetado, el transporte y otros aspectos de producción, no solo el producto en sí. Por tanto, reducir la cantidad no va a ayudar a mantener los beneficios de la compañía.
A menos que se trate de viajar, no se pueden subir los precios todos los días. Por tanto, cuando las empresas deciden aplicar aumentos, deberían explicar, en la medida de lo posible, los motivos que les han llevado a tomar esa decisión.
Otra estrategia es elegir el producto principal de una marca, eliminar los extras que lo encarecen y reducir así el precio. Esto pasa mucho con la gama telefónica, donde existe un precio para cada producto según sus características.
Evalúa tu segmento, valora tu trabajo, analiza bien tus productos y toma una decisión objetiva basada en lo que mejor favorezca a tu organización.