La pandemia no trae una revolución, pero acelerará la implantación de grandes cambios en la economía que habían comenzado a desarrollarse años atrás. Este es el caso del teletrabajo, la producción de proximidad sostenible o el uso de videollamadas.

La salud pública sigue siendo la principal preocupación; la mayoría de los analistas ven progreso hacia la normalidad durante el segundo trimestre de 2021 en el Reino Unido y los Estados Unidos, así mismo, ven la inmunidad en el tercer trimestre.

Una de las últimas teorías menciona una transición al crecimiento en forma de K, que propiciará una brecha de ingresos entre sectores y empresas losers y winners; lo que es peor, un nuevo retroceso del poder adquisitivo -y, por ende, de la capacidad de compra- de la clase media.

La productividad en el crecimiento mundial de la economía

Bajo el impulso de las muchas restricciones sociales impuestas para contener la primera oleada del coronavirus, con las que se abrió un paréntesis en la hibernación productiva derivada de los confinamientos sociales.

Las 37 naciones con un PIB nominal por encima de los 200.000 millones de dólares volvieron a registrar números rojos.

La productividad ha sido durante bastante tiempo un punto frágil en el crecimiento mundial, pero según McKinsey & Company, la crisis podría haber comenzado un aumento de productividad.

A medida que las empresas se han desplazado rápidamente a los canales online, las tareas de producción automatizadas, el aumento de la eficiencia operativa y el aumento de la toma de decisiones y la innovación de los modelos operativos, la productividad también aumentó y puede haber más crecimiento en las ventas por canales tradicionales.

Según el Washington Post, Estados Unidos emerge como el principal motor de la recuperación en términos de economía, debido a la creciente demanda de bienes y servicios que este año se extenderá mucho más allá de las fronteras estadounidenses, convirtiendo a los Estados Unidos en el mayor contribuyente al crecimiento global por primera vez desde 2005, según Oxford Economics, informaba el diario estadounidense.

Según Washington, DC:

Las perspectivas económicas de Guatemala son favorables. La fortaleza de las remesas, una especialización productiva resistente a la pandemia, y un apoyo de las políticas económicas sin precedente limitaron la contracción de la economía en 2020, mientras que las perspectivas para 2021 se benefician del estímulo fiscal adicional de EE.UU. Sobre la base de esta resiliencia y el espacio de políticas públicas disponible, Guatemala se encuentra bien posicionada para apoyar la recuperación y superar el deterioro de los indicadores sociales derivados de la pandemia.

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