Tomar decisiones empresariales puede poner en apuros a más de uno, no importa cuan estable seas, cuanta inteligencia emocional, cursos directivos o gerenciales hayas tomado. Muchas veces tenemos miedo a equivocarnos, ya que las consecuencias pueden ser terriblemente negativas. Sin embargo, todos los que entienden de negocios saben que para conseguir grandes resultados también hay que asumir riesgos.
Las decisiones varían entre cada puesto o situación, sin embargo todos alguna vez tendremos que elegir, incluso desde la contratación de un nuevo integrante al equipo, ¿Será realmente bueno una vez desempeñando el puesto? ¿sabrá llevar la presión laboral? ¿trabajará sobre objetivos?, entre otros.
Como ya hemos mencionado, el proceso de toma de decisiones se lleva a cabo de muy diversas maneras, dependiendo del tamaño de la organización, el organigrama. Las decisiones siempre están alineadas con unos objetivos; dependiendo de cuáles sean objetivos, los mandos responsables establecerán estrategias e implementarán técnicas basándose en sus conocimientos, experiencia y herramientas.
Toma buenas decisiones
No tengas miedo, los riesgos serán inevitables y te ayudarán a construirte como profesional. Hay muchos grandes empresarios que aún con todo el éxito tienen miedo, esto no es malo siempre y cuando no te limite a tomar decisiones que como consecuencia te traigan un buen cambio.
Si es tu caso, debes trabajarlo muy bien y sin presionarte, esta dificultad impide el crecimiento de la empresa, ya que se mantiene desarrollando las mismas técnicas una y otra vez, sin probar nuevas herramientas o métodos de trabajo que pueden lograr multiplicar los resultados.
A todo plan A, genérale un plan B. Indispensable y no puedes saltarte este punto, pues podemos aprender de nuestros errores, pero no se pueden evitar completamente las caídas. Por eso, ten siempre abierta la puerta a una posible retirada.
Cuando cuentas con un plan B, puedes minimizar las pérdidas de un negocio que realmente no llegó a funcionar. Además, aprendes a modificar tu estrategia para conseguir el cumplimiento de tus objetivos.
Siempre analiza. No hay pretextos, antes acudías a programas de ofimática, lo cual no es malo, pero podías justificarte al decir que no sabías usarlo. Hoy puedes apoyarte en programas de gestión profesionales que te permitirán recolectar, cruzar y analizar datos para tomar mejores decisiones.
Sabemos que los primeros que deben confiar en sus ideas somos nosotros mismos, pero si tras varios intentos el error persiste, no te enfrasques en el error. No temas a los cambios, cuando realizamos modificaciones en nuestro negocio, observamos diferencias en los resultados, estas pueden ser buenas o malas, pero estamos obteniendo una información valiosa que nos ayudará a tomar decisiones de éxito más adelante.
No te desanimes si las cosas no salen como lo imaginaste tras el primer intento. Tienes que sentarte a analizar todos los errores que se están cometiendo; observar, corregir y optimizar hasta que lo que antes era una debilidad de tu negocio, ahora se convierta en una fortaleza.